lunes, 18 de mayo de 2015

AUTOSTOP HASTA MOTUAPA.

Las aventuras en esta preciosa isla comenzaron en el preciso momento en el que decidimos  escribir en un cartón Taupo. Nuestra idea era salir de Wellington en autostop e intentar recorrer en un día la distancia que nos separaba de esta ciudad situada en el centro de la isla, junto a un lago del mismo nombre.
Todo comenzó con una caminata de una hora hasta las afueras de Wellington. Allí comenzamos a hacer "autostop", para transformar quizás un día ordinario, en un día de solidaridad, de risas y de afables encuentros.
Cogimos hasta seis coches durante el día, y cada conductor nos ayudo a seguir avanzando poco a poco hacía nuestro destino, Porirua, Paekakariki, Waikanae, Levin, Bulls y por fin el lago Taupo en la pequeña localidad de Motuapa fueron testigos de un viaje alegre, de un viaje que construyeron aquellos que decidieron parase en la cuneta para invitarnos a subir a sus coches y que hicieron que atravesar parte de isla norte de Nueva Zelanda fuera un día de esos, en los que los paisajes quedan en segundo plano, porque lo primordial es disfrutar de la conversación con quien ha tenido el detalle de invitarte a un viaje hacia un lugar desconocido, entre nuestro destino y su vida real¡GRACIAS!. 























We arrived to NZ during easter holiays, so renting a car from there was not possible... we just made a new plan, hitchhiked to Taupo, where there were some cars available.
The hitchhiking went more than well, and even though we switched from car to car whole six times, it was quite fast and gave us some time to see more inbetween:) For the night we stayed in the little town of Motuapa, where we opened the tent with a view over the Taupo lake.

Początkowo mieliśmy w planach wypożyczenie auta w Wellington. Niestety ze względu na okres świąteczny (Wielkanoc), nie udało nam się znaleźć odpowiedniego samochodu. Nie zastanawiając się długo zarzuciliśmy plecaki na plecy i ruszyliśmy autostopem w kierunku centrum wyspy, gdzie szanse na wypożyczenie auta były większe. Podróż, mimo świąt, przebiegła gładko i szybko, a sześciokrotna przesiadka pozwoliła nam na zobaczenie kilku małych miasteczek po drodze.  Noc spędziliśmy w Motupa, rozbijając namiot przy brzegu jeziora Taupo.

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