Nunca imagine cuando llegamos a
Mooroopna que el “fruit picking” se convertiría en nuestro
trabajo por 4 meses. Aquí vivimos una larga y espectacular
experiencia de trabajo y convivencia, viviendo en una granja durante
el fin del Verano y el Otoño austral(febrero-mayo).
Esta granja, situada a 6km de la
población de Mooroopna se convirtió en un entrañable hogar, aquí
la rutina casi diaria sería madrugar para recoger frutas, para
luego, disfrutar las tardes junto a los demás compañeros que
compartían trabajo y acomodación.
Recién llegados en febrero comenzamos
cogiendo peras, tantas peras que hasta soñaba por las noches con
ellas, peras de diferentes variedades que convertían nuestros
amaneceres en preciosos días de color verde, en los que llenábamos
cajones y cajones con ellas. Durante mas de un mes sólo descansamos
un día, para llegar a convertirnos en especialistas de coger peras.
Después vinieron varios días de
nectarinas y ciruelas, que cambiaron de color las mañanas ademas de
dotarlas de un toque mas azucarado, para después, atacar las
ansiosas Manzanas, las cuales se convirtieron en inseparables
compañeras durante mas de un mes.
Debo reconocer que amaba esa vida.
Disfrutaba cuando me levantaba al amanecer, desayunaba y me ataviaba
con mi ropa de trabajo y mi saco dispuesto a llenar cajones y cajones
(de 500kg cada uno) para conseguir algo de dinero con el cual
proseguir este hermoso viaje , que mas que alrededor del Mundo, se ha
convertido alrededor de no importa donde.
Peras, Nectarinas, Ciruelas y Manzanas
siempre irán asociados para mi a este lugar mágico, situado en
algún punto exacto del estado Victoria y donde por primera vez en mi
vida me convertí en trabajador “ilegal”, en un clandestino que
aprendió ante todo, no a coger rápidamente la fruta, sino a ser
feliz junto a los compañeros de los distintos puntos del planeta que
allí estábamos, por azar, necesidad o quizás “working
holydays”......
Aquí en estas tierras fui rebautizado
por mi compañero Kiebrab de Eritrea como “Tiger”, por mi
destreza a la hora de llenar cajones y cajones de las distintas
frutas, y reconozco que echaré de menos escucharlo.
Pero si había algo que otorgaba a
estos días magia, no era otra cosa que la de trabajar en equipo
Marta y yo, trabajar por ampliar un sueño, trabajar como excusa para
no separarnos nunca. Siempre que la miraba allí, entre los colores
que ofrecían las peras o las manzanas, entre el follaje de algún
árbol o subida a la escalera llenando su saco de vida, sentía amor
por aquella experiencia mutua que este viaje nos ofrecía.
Digamos, en resumidas cuentas, que esta
fue una muy FRUCTÍFERA experiencia......
Wpadła gruszka do fartuszka, a tuż za
nią dwa jabłuszka...
No cóż, okazało się, że ani
gruszki, ani jabłuszka same do fartuszka nie wpadają. Całkiem
sporo pracy z tym zrywaniem owoców... ale też przyjemnie spędzać
całe dnie na świeżym powietrzu, w słońcu, wśród śpiewu ptaków
i w otoczeniu przyjaciół:) Dodatkowo ta sielanka (na samym początku
powiązana z zakwasami) umożliwiła nam kontynuować naszą podróż,
bo jabłuszek ani gruszek niekt jednak za darmo nie zrywa:)
Never have I ever eaten as many fresh
fruit, as in Mooropna! We had access to pears, nectarines, plums and
apples but we also had to pick them. It was a hard but satisfying
job. Sure did our muscels hurt in the beginning, but it's not all
that bad to spend whole days outside in the fresh air, among birds
and good friends.... especially because it financially added some
funds to continue our trip:)
No hay comentarios:
Publicar un comentario