domingo, 28 de junio de 2015

NYAH, NUESTRA VIDA EN UNA CARAVANA.

Finalmente, tuvimos la suerte de encontrar "tajo" recogiendo cítricos. Y tuvimos que mudarnos a un lugar llamado Nyah, situado en ninguna parte, y cuando digo en ninguna parte , me refiero a que allí la "civilización" era un caravan park y una pequeña calle de unos 200 metros con algunas casas y comercios.
Pero el lugar nos ofreció la oportunidad de vivir 6 semanas en una caravana, junto a Julien y Antoine al principio y mas tarde junto a Joan. Fue una divertida y apasionante experiencia la de vivir en esta caravana, fría por las noches y de colores descafeinados por las mañanas, pero que finalmente nos regalo tantas anécdotas y buenos momentos que la echare bastante de menos.
Aquí en este lugar , Nyah "paradise" ,disfrutamos de la brutal experiencia de convivir con innumerables personas que a día de hoy son mas que amigos, y que convirtieron aquel frío lugar en un lugar entrañable, en el que cada tarde después de trabajar compartiríamos cenas, juegos y charlas.
Este Caravan Park, tan multicultural como perdido del mundo, me ofreció el abrazo de indios, malayos, indonesios, chinos, alemanas, italianos, franceses, eritreos, sudaneses, etiopíes, australianos y hasta de un catalán, y que convirtieron mi despedida en una dura experiencia vital, al dejar atrás tan solidario lugar. Aquí todos nos ayudábamos en la búsqueda de trabajos, y convertimos nuestra clandestinidad en lazos eternos de amistad, el trabajo de unos era la felicidad de todos.
Nyah sin pretenderlo, volvió a ensanchar mi alma y mi corazón, porque aquí encontré tantos amigos que un pedazito de mi se rompió al partir.....pero no debo dramatizar, soy feliz de cada día pasado en ese lugar, entre la caravana, la sala de juegos, la cocina o las caravanas de los compañeros, soy feliz de haber podido compartir la complejidad que a veces supone buscar trabajo cuando estas marcado como "ilegal", soy feliz de haber estado allí y jamas olvidare nada ni a nadie de este lugar.
Este lugar también fue sinónimo de despedidas, aquí tuvimos que decir " a Bientôt" a Julien y Antoine con los que habíamos pasado la friolera de 3 y 5 meses juntos y aquí también tuvimos que despedirnos de nuestra etapa de trabajo en Australia.
Pero en contra posición encontré grandes amistades, como Elia, Azzurra, Alan, Thomas, Nouk, Go, Phil o mi querido y loco Joan que me permitieron tener una sonrisa perenne en todo momento.
OS QUIERO A TODOS! OS ECHARE DE MENOS ETERNAMENTE, PERO A MUCHOS DE VOSOTROS OS ENCONTRARE EN ALGÚN LUGAR DEL PLANETA MAS PRONTO QUE TARDE.































pic by Julien
pic by Joan
We obviously hadn't had enough adventures with the australian fruit. We decided to go to the Swan Hill region for about a month for the orange season. We stayed in a caravan park in the middle of nowhere in the town of Nyah. We shared the caravan with Julien and Antoine, and when they left- the spanish Joan joined us. 
Even though it was cold (grrr...the australian winter), we enjoyed this melting pot of different nationalities: sri lankan, indian, malaysian, indonesian, german, italian, french, spanish, afghani, australian, ethiopian, erythrean, sudanese..... you name it:) At lunch and dinner time the different smells took over the kitchens, watering our mouths for the exotic spices and dishes. We would then make big feasts with food from around the world and stories from all the corners of the world! We went for walks along the Murray river, that was only a few minutes away. But most of all we made new wonderfull friends and amazing memories!!!

Wygląda na to, że zbiory owoców weszły nam w krew... ponieważ pomarańczy jeszcze nie zbieraliśmy, a akurat zaczynał się sezon, postanowiliśmy przedłużyć naszą owocową przygodę o kilka tygodni w okolicach Swan Hill. 
Zamieszkaliśmy w wiosce Nyah, dzieląc karawanę z Julienem i Antoinem, a po ich wyjeździe, przez kilka ostatnich dni w okolicy z hiszpanem Joanem.
Kamping był naprawdę międzynarodowym miejscem, pełnym backpackerów i sezonowych pracowników. Międzynarodową nutkę czuć było przede wszystkim w porze obiadu i kolacji, kiedy zapach różnorodnych, egzotycznych potraw i aromatycznych przypraw królował nad kampingowymi kuchniami. A po gotowaniu przychodził czas na degustację pośród Hindusów, Malezyjczyków, Niemców, Włochów, Indonezyjczyków, Etiopczyków, Francuzów etc. Codzienne uczty były okazją na wymianę ciekawych historii z różnych stron świata. 
Aby spalić kalorie graliśmy wieczorami w pingponga a dla świeżości umysłu dzień kończyliśmy partyjką szachów. Każdy słoneczny dzień był natomiast okazją na spacery wzdłuż pobliskiej rzeki Murray. 

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