martes, 12 de abril de 2016

LITTLE CORN ISLAND.

LITTLE CORN ISLAND es un lugar que siento como mi propio hogar, y aunque pueda parecer absurdo así lo siento. Sólo estuve 16-17 días en esta minúscula isla del Caribe, pero llegue a hacerme una vida cotidiana. Una vida alegre, rodeado de amigos viajeros y locales.
Aquí arrivamos desde Big Corn en una de las pangas(barcazas) que diariamente atraviesan el oleaje para tras algún susto dejarte en este paraíso, donde no hay mayor gobierno que la bienvenida.
Bien merecen una historia  nuestras aventuras en tienda de campaña a través de la isla, pues tras acampar en Shell Hostel y sentir el calor de un lugar perfecto, una estúpida idea de migración provocó que justo cuando andábamos por allá se prohibiera el camping en la isla( hay un mecanismo de trasfondo que quiere solo turistas vip, y los grandes y lujuriosos hoteles en manos extranjeras andan detrás de eso). Por lo que durante la primera semana anduvimos de un lugar a otro armando y desarmando nuestra tienda, hasta que no nos quedo lugar que no estuviera prohibido y decidimos volver a Shell Hostel a una habitación Digamos que durante algún momento fuimos los ¡últimos campers de Little Corn!(pero será improbable que nuevos viajeros sigan llegando con su tiendas a este maravilloso lugar.)
El hospedaje fue quizás en centro motor de nuestras vidas aquí, pues al andar cambiando de emplazamiento de un extremo a otro de la isla acabamos por conocer casi de memoria todos los caminos y playas, así como tener diferentes perspectivas de la isla, al vivir como vidas distintas en esta pequeña isla.
En Shell Hostel, andábamos rodeados de nuestra querida familia francesa, Fred, Carol, Ulises y Julie y del mítico dueño del hostel el señor Evaristo, un personaje de la isla(hijo de un barcelonés que llegó aquí en el año 1906) que era capaz de hablar en una sola frase 4 idiomas(inglés criollo, español, miskito y el suyo propio) y que cada día tenía una nueva historia que contarte.
Después nos fuimos al lado opuesto de la isla, a la costa oeste, donde eramos despertados por amaneceres brutales, donde reinaban las olas mientras la gente practicaba kitesurf y donde los cocos, la arena blanca y las comidas se convirtieron en rutina, junto a Iñaki,Carmen, Sandra, Kasia, Sebastian,Judith, Lourdes, Mitch y el genuino dueño del emplazamiento Stedman. Aquí cada noche era un banquete de pescados, risas y quizás cervezas ,vigiladas por noches estrelladas dignas de contemplar,  donde Iñaki nos sorprendía con horas de historias planetarias, constelaciones y mitología (¡un crack mi amigo Iñaki!).....ah y hasta salsa se metió de por medio alguna noche de Luna llena.
Otra de las historias de esta isla fue cuando pintamos el restaurante Full Moon a cambio de comida. Marta diseño los platos del menú, el logotipo del local y me trazo las letras , mientras que yo hice el trabajo basto digamos, pintar el fondo y las letras, pero me lleve el mérito cada vez que alguien pasaba por allí ejejjeje. Además el cambio por comida a la vez que nos permitía ahorrar, era una oportunidad única de probar cosas nuevas y prohibidas en nuestro presupuesto de mochilero. Marta se divirtió con las verduras y demás productos veganos y yo aproveche la oportunidad para comerme alguna langosta, frente al mar Caribe.
Durante los días que permanecimos aquí atrapados por el imán de esta isla, solo podía agradecer al viaje habernos traído hasta aquí, por dejarnos caminar aquellas playas, por el formidable esnorquel que escondían sus fondos coralinos donde las mantas y los tiburones contribuían a nuestros delirios, por cada momento tirado en una hamaca contemplando el horizonte azotado por la brisa, por cada comida compartida con amigos entre risas e historietas, por cada nueva amistad construida bajo el sol, la lluvia o luna y sobre todo por hacernos felices.
Sentí que vivía allí, que cada amanecer era un nuevo día en mi nuevo Mundo, que aquella isla me pertenecía en los saludos , abrazos y sonrisas de los lugareños y que la arena, el agua salada y la brisa eran mi única vestimenta.
Little Corn queda tatuada en mi corazón, en mi vida y en mis recuerdos, como una vida dentro de otra vida, como una reencarnación en un paraíso donde cada uno de vosotros que me hicisteis sonreír fuisteis los protagonistas. ¡OS QUIERO AMIGOS!GRACIAS POR ESTOS DÍAS.

Con Ramón.




Con Gerardo y Maite.


¡Banquete!
¡Salsa!

















Notre famille francaise, Fred, Carol, Julie et Ulises.

Trabajando pintando el Restaurante Full Moon.


Noches de estrella, Iñaki en plena explicación.









Little Corn is one of my favorite places in the world.If not because of the circumstances (which we will talk about later) and our ending visa, we would stay her much, much longer. It is absolutely amazing, real paradise on earth.
The island is tiny, not even 3 square kilometers. It is covered by mangrove forests (which gives the only source of fresh water and is about to be ¨eaten¨ by the sea erosion, as the areal of the island is diminishing) and fruit plantations and some pastures. Unfortunately, most of the land at the beach has been sold to foreigners and not many of the locals own hotels, but still run many of the restaurants and all the shops. Apart from turism, most of people live from fishing, especially for lobster.
We stayed here for over a week. It was extremely relaxing but also full of adventures. We changed the address three times: first we camped at Shell Hostel, which is the cheapest place on island. Then the island government decided that they didn´t want backpackers on the island so they prohibited tents. We moved to Stedman´s Place at the beach, where we continued to sleep in the tent, as the decision of the mayor wasn´t in vogour yet. Then we found out that tents would be allowed, but only if you pay the same, as staying at a hotel, which doesn´t make any other sense, than to scare tourists on lower budget away (which was also the official reason for that!the mayor didn´t even bother to hide it!) This way we became islands last campers(probably). We then switched over to a small hotel at the harbour, and after two days got a room back at Shell Hostel.... Well... this way we had the opportunity to visit most of the island:)
Our first island guide was Jesus, who came here especially for us to show us around at the places, where he has spent his childhood, as his grandma lives here.
Here we met again with some of the other people from the ship and from Big Corn: the Catalunyan girls, Ramon, Kasia and Sebastian, Barbara from Brazil, Spanish Iñaki and Carmen, Mitch from Australia, Andrea from Uruguay. We also met some new ones like the extremely nice spanish couple Maite and Gerardo, American Alex or the cool french family (Carole, Fred, Julie and Ulyses), who travels with their kids each winter for a few moths to another exotic destination. We shared our time and the kitchen at Shell. We spent hours in the hammocks of the hostel, making barbecues and chilling out.
With Iñaki, Carmen, catalonian girls, Mitch and Kasia and Sebastian (and Stedman himself) we made epic barbecues at Stedman´s Place. Iñaki made his Star Watch tours especially for us, and we really really loved them! Together with Carmen he also taught us (or at least tried) how to dance salsa. We had so many amazing, memorable evenings together which i´d be forever grateful for.
When not making food on a bonfire, we had the best, big meals ever at FULL MOON restaurant. Here we bartered our work for food. In exchange for paintig a wall with menu, we got to try so many different, delicious local plates...
On Little Corn we had our favorite beaches, bought coconut bread at the same shop and beans in the same restaurant. We had our free internet spot and a sunset place. We knew where it´s best to watch the stars and where to make campfires. We had our local and international friends. We knew where to find the best corals and where to swim with mantas. Yes, Little Corn was definately our home.... Even now, when I´m writing this an immense, sweet nostalgia makes me wanna teleportate to this lovely place.... But always we will have memories of the great time we had here, the amazing people we met and the beautiful landscapes that are now tattooed in our hearts.

Little Corn to jedno z moich ulubionych miejsc na ziemi! Tylko konczaca sie wiza i niesprzyjajace okolicznosci przyrody i zwiazane z tym problemy z transportem (o tym kiedy indziej) zmusily nas do opuszczenia tego raju na ziemi.
Wyspa jest malenka, ma niecale 3km kw. Duza jej czesc porosnieta jest przez las namorzynowy i pokryta mokradlami, ktore zaopatruja wyspe w wode pitna... chcoc calkiem niedlugo moze sie to zmienic, gdyz morze wgryza sie w wyspe, zagrazajac zbiornikom slodkiej wody... Niestety wiekszosc atrakcyjnych ziem przy plazy nalezy do obcokrajowcow budujacych tu drogie, eleganckie hotele. Lokalni mieszkancy sa wlascicielami tylko niewielu tanich hoteli, sklepow i restauracji. Wiekszosc z nich zyje z rybolowstwa i polowow langust (ktore lapie sie w drewniane pulapki).
Na Little Corn bylismy przez ponad tydzien pelen relaksu ale tez przygod. Przede wszystkim przez tych kilkanascie dni przeprowadzalismy sie cztery razy. Zaczelismy od legendarnego Shell Hostel u Evaristo, najtanszego (a dzieki wlascicielowi tez najbradziej szalonego) na wyspie. Rozbilismy tu namioty, ktore po kilku dniach musielismy schowac... bo wladze wyspy postanowily, ze odtad wyspa jest tylko dla turystow z duzym budzetem a backpackersi i namioty nie sa mile widziane (tak, bylo to oficjalne wytlumaczenie!). Przenieslismy sie do Stedman´s Place na samej plazy, gdzie nadal spalismy pod namiotem, bo nowe prawo nadal nie weszlo w zycie i nadal toczyly sie na jego temat dyskusje. Po dwoch dniach sprawa zostala zamknieta i tym sposobem zwinelismy namioty stajac sie ostatnimi mieszkancami namiotow na wyspie (przynajmniej do czasu az ktos znajdzie sposob na ominiecie przepisow lub zaplaci za rozbicie wlasnego namiotu tyle samo co za pokoj hotelowy... co jest argumentem wladz wyspy!). Na dwie noce zostalismy w hoteliku przy porcie aby pozniej wrocic do punktu wyjscia- Shell, gdzie tym razem jednak spalismy w jednym z trzech pokoi. Mozna wiec chyba powiedziec ze dokladnie zwiedzilismy wyspe:) Nawet nie liczac naszych dlugich spacerow po niej.
Pierwszym przewodnikiem po Little Corn byl dla nas Jesus, ktory spedzil tu praktycznie cale dziecinstwo- jego babcia ma tu przeuroczy niebieski domek na plazy.Pokazal on nam sciezki przez srodek wyspy, skroty i miejsca gdzie zbierac lokalne owoce oraz opuszczone, nieco zdziczale sady....
Spotkalismy tutaj ponownie wiele osob z Big Corn i ze statku- bo wszyscy koncza jednak na Little Corn. Byly Katalanki, Ramon, oczywiscie Kasia z Sebastianem, Brazylijka Barbara, Iñaki i Carmen z Hiszpanii, Andrea z Urugwaju. Poznalismy tez sporo nowych: Mitcha z Australii. Maite i Gerardo z Hiszpanii, Alexa z USA i francuzka rodzine, ktora co roku zimna jezdzi na kilka miesiecy w jakis egzotyczny zakatek swiata.Carole, Fred, Julie i Ulyses byli naszymisasiadami w Shell. Dzielili sie z nami pysznosciami z grilla i niesamowitymi historiami z podrozy, podczas gdy wylegiwalismy sie w hamakach obserwujac jaszczurki chowajace sie w lisciach drzewa ponad naszymi glowami (no dobra... az tak romatycznie to z tymi jaszczurkami nie bylo... byla to dosc wyzwolona para, lubujaca sie w libertynizmie;))
Iñaki i Carmen dawali nam lekcje salsy, Mitch uczyl nas oddychania (jest instruktorem freedivingu) a Iñaki w przepiekny sposob opowiadal nam o gwiazdach, dajac nam darmowe wycieczki po nocnym niebie, ktore normalnie robi dla turystow.
W restautracji Full Moon namalowalismy na jednej ze scian menu (za co wszyscy chwalili Hectora, mimo ze ja odwalilam cala artystyczna robote... tak to jest jak sie pracuje po cichu zamiast zagadywac przechodniow z pedzlem w reku:)) W zamian za nasza prace mielismy tu darmowe posilki. Cudowne, lokalne i olbrzymie. Hector zalapal sie nawet na langusty!
Na malej wyspie mielsimy nasza ulubiona piekarnie robiaca chleb kokosowy, mielismy ulubione plaze i tajemne miejsce z darmowym internetem. Wiedzielismy gdzie ogladac zachody slonca i gdzie ogladac gwiazdy w idealnej ciemnosci. Znalismy restauracje, ktore sprzedaja gotowana fasole na kilogramy, fermentowana kukurydze do robienia napoju chicha i miejsca na ogniska.
Nasze ogniska i grille przybieraly epickie ksztalty i niepowtarzalne smaki, a kiedy ja wcinalam juke, platany i inne lokalne warzywa i owoce prosto z ogniska cala reszta delektowala sie swiezymi rybami kupionymi od miejscowych rybakow. Mielismy tu cala mase znajomych- lokalnych i obcokrajowcow. Wiedzielismy gdzie szukac najpiekniejsze korale i gdzie znalezc ryby manty, barakudy i morskie zolwie.
Zdecydowanie, Little Corn bylo naszym domem. Nawet teraz, piszac to ogarnia mnie niesamowita nostalgia. Usta wykrzywiaja sie w tesknym usmiechu. Bez wahania teleportowalabym sie na nasza szczesliwa wyspe. Na zawsze mamy jednak wspomnienia w kolorze lazuru, jak woda wokol Little Corn a cudowni ludzie i piekne krajobrazy mamy wytatuowane w sercu!<3 LITTLE CORN FOREVER <3

No hay comentarios:

Publicar un comentario