Si hay una aventura en Nicaragua impredecible, es sin duda la de intentar llegar a las Islas del Maíz-Corn Islands en barco( y luego claro está salir de allí.).
La aventura radica en que hay unos barcos con una supuesta organización de días y hasta quizás horarios aproximados del trayecto de ida y vuelta a las islas, pero la realidad es otra totalmente diferente dependiendo de cada semana.
Nosotros fuimos hasta El Rama pensando en que el barco salía el miércoles( Isleño) , pero resultó que había uno ya allí dispuesto a soltar amarras ese mismo martes, el llamado "Capitan D".
El Capitan D es el único de entre ellos con camas, y que ademas de transportar mercancías puede transportar pasajeros. La aventura empezó muy bien atravesando el río durante 5h hasta llegar a las costa caribeña al poblado de el Bluff, en la comarca de Bluefields. Allí se subieron cientos de pasajeros que estaban atrapados en la zona por la avería de otro de los barcos y cuando pusimos rumbo hacía las islas nuestro barco se paró en mitad del mar. ¡Si! nos quedamos a la deriva a una media hora de las costas de Nicaragua, el barco volvió sin motores gracias al impulso de las corrientes de nuevo hasta el Bluff, y allí permanecimos una noche mas metidos en aquel barco, sin información y con falta de víveres.
A la mañana siguiente tras la reparación de uno de los motores pusimos al fin rumbo a Corn Island, llegando a nuestro destino 38 horas después , tras dos noches, tras algunas aventuras para conseguir comida y agua y con muchos amigos con lo que habíamos compartido esta increíble travesía.
La salida de las islas fue mas turbulenta aún, pues una semana antes de poder partir una panga de las que hacía el trayecto entre las islas naufrago con la pena de que murieron 14 personas. Después de haber vivido aquel drama en la isla, todo se sumió en un caos inimaginable.
Los tradicionales barcos que hacían el recorrido entre El Rama (en Nicaragua) y las islas, quedaron bloqueados con sus mercancías en distintos puertos por falta de chalecos, bengalas y papeles en regla. Las islas empezaban a desabastecerse, la gente perdía sus vuelos(desde Big Corn) y algunos como nosotros quedábamos atrapados en la isla pequeña sin señales para poder abandonarla.
Fue una semana hipercaótica, sin información, sin barcos, sin lanchas y sin soluciones. Pues la naval reclamaba todos los papeles y seguridad a los barcos, pero estos no podían obtener las cosas sin un tiempo mínimo.
Quienes pagaban aquel caos eran los locales, turistas y viajeros que necesitaban coger los barcos para abandonar las islas, al punto de que el día en que nosotros conseguimos estar dentro del grupo de los 40 primeros afortunados para abandonar el muelle había en la isla una manifestación brutal donde los locales asaltaron el aeropuerto y prendieron fuego cuento vieron a su paso.
Por tanto muchas anécdotas, aventuras y recuerdos me llevaran siempre a pensar en como llegamos y como salimos de aquel paraíso.
CAPITAN D
Getting your ticket to heaven is not easy and in the case of Corn Island we did really earn our piece of paradise... both on the way in and out.
You can fly to the Big COrn. But it´s the more expensive and less adventurous way to get there.
We chose to take a bus to EL Rama, where on the next day we were supposed to go on board of EL ISLEÑO. To our surprise... there was already another boat, ready to sail the very same night: CAPITAN D. After figuring out that nobody want´s or can tell us what time the boat will sail off, we left our luggage on board and went for a dinner. Apparently it usually sails around midnight. In the end we had enough time to have a dinner and a few hours of sleep on board. It didn´t sail until early in the morning, which wasn´t bad at all- Capitan D is the only boat with beds, we had lots of space as there weren´t many passengers there (YET!) and this way we were saving on accomodation money... a real win win situation.
Early in the morning the boat stopped somwhere on the river- it was time to upload some river soil, that the boat was about to transport to Corn Island. The boat had already been heavily charged- with building materials and livestock animals!!! But somehow the few tons of wet black soil managed not to drown the boat. All seemed to be going perfect.
ANd then we reached the harbour in Bluff, where even more cargo was charged on the boat... and enormous crowd entered the sleeping departament. People were suddenly everywhere, fighting for the last berths, uploading heavy luggage, eating, talking... from a silent boat it turned into a human beehive, which was kind of fun to observe (especially because we had our berths reserved!)
After the boat was fully loaded we sailed away... but not very far, as the motors broke half an hour later and the boat got drifted by the sea currants back to the harbour.
Without any explanation from the crew, we listened to each new gossip with hope to hear, that all is ok. Istead we found out that the same story happened a week ago and it took them a long while to get everything fixed. We needed to organise some food- in order to go off the boat you needed to hopp on the other boats that were ankled at the harbour, as Capitan D was attached to them. In the end Hector, after visiting the village several times, already made friends in the few shops and restaurants where he purchased food for us and refilled our water bottles. AT the last trip like that, early in the morning next day, when he was trying to find something for our breakfast in the shops that were totally sold out due to the unusual movement of passeneger-clients, suddenly the sirene of the ship called everyone on board. Hector managed to run onboard right on time.Then, after 38 hours in total and two nights spent on the boat we finally reached our destiny, thinking that this story would be finished with this episode.
Unfortunately the sequel was more tragic.
To get from one island to the other you need to take either a small boat or the PANGA- long motor boat that jumps up on the waves so hard that it almost breaks your talebone.
While we were on the Little Corn Island one of these boats was involved in a deadly accident. On a windy, rainy day, despite the ban on sailing, one of the two pangas that did sail to Big Corn sank, leaving 14 persons dead.
This tragic event caused a chaos, that was impossible to comperhense. The traffic between the islands stopped. People lost their flights. Everyone was horryfied by what happend. Misinformation mixedwith no information at all ruled.
The authorities were trying to put the blame for the accident on everyone around, trying to fix the security laws that were never executed. The result was even bigger chaos. When we finally got to the other Island, we still didn´t know what would happen next. Suddenly all the boats were obliged to have new, modern lifevests, that were impossible to get on the island. People were trying to get out of the island in all possible ways, occupying the harbour and in the end the airport aswell.
After a few days of disorder, while the angry locals were putting the airport on fire, we managed to get on the only boat, that was allowed to sail (after several days of misunderstandings). El Isleño was quite an adventure itself... but sleeping on the floor that stinks like dead fish is still better that getting stuck in paradise while your vise is running out. Or is it really?
La aventura radica en que hay unos barcos con una supuesta organización de días y hasta quizás horarios aproximados del trayecto de ida y vuelta a las islas, pero la realidad es otra totalmente diferente dependiendo de cada semana.
Nosotros fuimos hasta El Rama pensando en que el barco salía el miércoles( Isleño) , pero resultó que había uno ya allí dispuesto a soltar amarras ese mismo martes, el llamado "Capitan D".
El Capitan D es el único de entre ellos con camas, y que ademas de transportar mercancías puede transportar pasajeros. La aventura empezó muy bien atravesando el río durante 5h hasta llegar a las costa caribeña al poblado de el Bluff, en la comarca de Bluefields. Allí se subieron cientos de pasajeros que estaban atrapados en la zona por la avería de otro de los barcos y cuando pusimos rumbo hacía las islas nuestro barco se paró en mitad del mar. ¡Si! nos quedamos a la deriva a una media hora de las costas de Nicaragua, el barco volvió sin motores gracias al impulso de las corrientes de nuevo hasta el Bluff, y allí permanecimos una noche mas metidos en aquel barco, sin información y con falta de víveres.
A la mañana siguiente tras la reparación de uno de los motores pusimos al fin rumbo a Corn Island, llegando a nuestro destino 38 horas después , tras dos noches, tras algunas aventuras para conseguir comida y agua y con muchos amigos con lo que habíamos compartido esta increíble travesía.
La salida de las islas fue mas turbulenta aún, pues una semana antes de poder partir una panga de las que hacía el trayecto entre las islas naufrago con la pena de que murieron 14 personas. Después de haber vivido aquel drama en la isla, todo se sumió en un caos inimaginable.
Los tradicionales barcos que hacían el recorrido entre El Rama (en Nicaragua) y las islas, quedaron bloqueados con sus mercancías en distintos puertos por falta de chalecos, bengalas y papeles en regla. Las islas empezaban a desabastecerse, la gente perdía sus vuelos(desde Big Corn) y algunos como nosotros quedábamos atrapados en la isla pequeña sin señales para poder abandonarla.
Fue una semana hipercaótica, sin información, sin barcos, sin lanchas y sin soluciones. Pues la naval reclamaba todos los papeles y seguridad a los barcos, pero estos no podían obtener las cosas sin un tiempo mínimo.
Quienes pagaban aquel caos eran los locales, turistas y viajeros que necesitaban coger los barcos para abandonar las islas, al punto de que el día en que nosotros conseguimos estar dentro del grupo de los 40 primeros afortunados para abandonar el muelle había en la isla una manifestación brutal donde los locales asaltaron el aeropuerto y prendieron fuego cuento vieron a su paso.
Por tanto muchas anécdotas, aventuras y recuerdos me llevaran siempre a pensar en como llegamos y como salimos de aquel paraíso.
CAPITAN D
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| panga |
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| panga |
EL ISLEÑO
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| occupying the harbour |
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| airport on fire |
Getting your ticket to heaven is not easy and in the case of Corn Island we did really earn our piece of paradise... both on the way in and out.
You can fly to the Big COrn. But it´s the more expensive and less adventurous way to get there.
We chose to take a bus to EL Rama, where on the next day we were supposed to go on board of EL ISLEÑO. To our surprise... there was already another boat, ready to sail the very same night: CAPITAN D. After figuring out that nobody want´s or can tell us what time the boat will sail off, we left our luggage on board and went for a dinner. Apparently it usually sails around midnight. In the end we had enough time to have a dinner and a few hours of sleep on board. It didn´t sail until early in the morning, which wasn´t bad at all- Capitan D is the only boat with beds, we had lots of space as there weren´t many passengers there (YET!) and this way we were saving on accomodation money... a real win win situation.
Early in the morning the boat stopped somwhere on the river- it was time to upload some river soil, that the boat was about to transport to Corn Island. The boat had already been heavily charged- with building materials and livestock animals!!! But somehow the few tons of wet black soil managed not to drown the boat. All seemed to be going perfect.
ANd then we reached the harbour in Bluff, where even more cargo was charged on the boat... and enormous crowd entered the sleeping departament. People were suddenly everywhere, fighting for the last berths, uploading heavy luggage, eating, talking... from a silent boat it turned into a human beehive, which was kind of fun to observe (especially because we had our berths reserved!)
After the boat was fully loaded we sailed away... but not very far, as the motors broke half an hour later and the boat got drifted by the sea currants back to the harbour.
Without any explanation from the crew, we listened to each new gossip with hope to hear, that all is ok. Istead we found out that the same story happened a week ago and it took them a long while to get everything fixed. We needed to organise some food- in order to go off the boat you needed to hopp on the other boats that were ankled at the harbour, as Capitan D was attached to them. In the end Hector, after visiting the village several times, already made friends in the few shops and restaurants where he purchased food for us and refilled our water bottles. AT the last trip like that, early in the morning next day, when he was trying to find something for our breakfast in the shops that were totally sold out due to the unusual movement of passeneger-clients, suddenly the sirene of the ship called everyone on board. Hector managed to run onboard right on time.Then, after 38 hours in total and two nights spent on the boat we finally reached our destiny, thinking that this story would be finished with this episode.
Unfortunately the sequel was more tragic.
To get from one island to the other you need to take either a small boat or the PANGA- long motor boat that jumps up on the waves so hard that it almost breaks your talebone.
While we were on the Little Corn Island one of these boats was involved in a deadly accident. On a windy, rainy day, despite the ban on sailing, one of the two pangas that did sail to Big Corn sank, leaving 14 persons dead.
This tragic event caused a chaos, that was impossible to comperhense. The traffic between the islands stopped. People lost their flights. Everyone was horryfied by what happend. Misinformation mixedwith no information at all ruled.
The authorities were trying to put the blame for the accident on everyone around, trying to fix the security laws that were never executed. The result was even bigger chaos. When we finally got to the other Island, we still didn´t know what would happen next. Suddenly all the boats were obliged to have new, modern lifevests, that were impossible to get on the island. People were trying to get out of the island in all possible ways, occupying the harbour and in the end the airport aswell.
After a few days of disorder, while the angry locals were putting the airport on fire, we managed to get on the only boat, that was allowed to sail (after several days of misunderstandings). El Isleño was quite an adventure itself... but sleeping on the floor that stinks like dead fish is still better that getting stuck in paradise while your vise is running out. Or is it really?
Corn Islands to prawdziwy raj, ale raj mial swoja cene. Podroz zarowno na wyspys jak i z powrotem na staly lad byla niekonczacym sie pasmem dziwnych okolicznosci i nie zawsze przyjemnych przygod.
Na Big Corn mozna poleciec (szybko, drogo i bezproblemowo) albo doplynac jednym z trzech statkow. My oczywiscie zdecydowalismy sie na morska przygode (nie tylko ze wzgledow finansowych).
Do miejscowosci EL Rama dotarlismy we wtorek w nocy, z mysla o wejsciu na poklad El Isleño w srode. Na miejscu okazalo sie ze w porcie czeka na wyplyniecie Capitan D. Skorzystalismy z okazji na szybsza podroz i kupilismy bilety. Godzina wyplyniecia?"Jak bedzie gotowy to wyplynie", "pewnie cos kolo polnocy, ale zazwyczaj okolo drugeij- trzeciej nad ranem". Mielismy wiec czas na wieczorny spacer po miescie i kolacje.
Noc spedzilismy na statku- jest to jedyny statek majacy na pokladzie pietrowe lozka. Wyplynelismy nad ranem. W polowie drogi statek zatrzymal sie na "krotka chwilke" aby zaladowac ziemie na budowe. Krotka chwilka trwala ok trzech godzin a ziemie wyciagano z dna rzeki. Statek zreszta i bez niej byl porzadnie obladowany w zywnosc, materialy budowlane, krowy i swinie...
W porcie w Banff zatrzymalismy sie po raz kolejny, tuz przed wyplynieciem na otwarte morze. Maly doladunek (pod znakiem ze jak sie popiesci, to sie wszystko zmiesci... takie morskie tetris polegajace na upychaniu wiecej tam gdzie miejsca brak!) i kilku (-set) pasazerow wiecej. Nagle zrobilo sie ciasno, glosno... ciekawie. Szczegolnie odczuc to mozna bylo w drodze do toalet (doslownie), do ktorych przebijac sie trzeba bylo miedzy workami z rzeczona ziemia, palaczami i panami lowiacymi ryby, po to tylko aby odkryc ze zadna z dwoch toalet do uzytku za bardzo sie nie nadaje....nawet na wdechu i z zamknietymi oczami... choc oczu to tam raczej nikt sie nie odwazyl zamykac! ;)
ALe co tam, w koncu to przygoda! Statek wyruszyl w strone Corn Island... a po pol godziny sie zatrzymal. Motory padly. Prad morski odprowadzil statek z powrotem do portu.
Wiadomosci o tym co sie stalo i co sie dziac bedzie skladalismy z plotek, rozmow podsluchanych na kapitanskim mostku i"madrosci" wielokrotnych pasazerow. Podobno taka sama awaria miala miejsce tydzien wczesniej... No coz, pozostawalo nam tylko liczyc na doswiadczenie marynarzy w jej naprawianiu.... chociaz podobno mechanik juz na statku nie pracuje... ufff...
W porcie w Banff spedzilismy cale popoludnie i kolejna noc (oszczedzajac na noclegu heheh). Nasz "Capitan D" zacumowany byl do dwoch innych statkow, przez ktore przeskakiwac bylo trzeba, aby ze statku zejsc. Nieoficjalnie, bo zakaz byl... Wszyscy wiec ze statku schodzili.
W Banff skonczyl sie caly prowiant, wykupiono caly chleb, ciasteczka, gotowy ryz. Ta ponad setka osob musiala cos przeciez jesc.
Hector na polowanie na prowiant wyszedl trzy razy zanim o poranku odezwala sie syrena i wszyscy bedacy na ladzie pasazerowie dzikim pedem rzucili sie na statek (przeskakujac przez te dwa inne!).
Na Big Corn dotarlismy po ponad 38 godzinach podrozy myslac, ze na tym skonczyly sie nasze podrozne perypetie.
Niestety okolicznosci powrotu byly smutniejsze.
Aby dostac sie z duzej wyspy na mala trzeba poplynac albo malym rybackim kutrem (ktory kursuje nieregularnie i trzeba wiedziec gdzie o niego pytac, szczegolnie na duzej wyspie) albo podluzna lodzia motorowa, tzw Panga. Podroz panga jest ktrotka ale malo przyjemna, siedzac na tyle zostaje sie doszczetnie zmoczonym przez fale, na przedzie natomiast ryzykjuje sie zlamanie kosci ogonowej od sily uderzen pupy o siedzisko, kiedy lodka odbija sie od fal.
Okazalo sie niestety ze ta podroz jest tez niebezpieczna...
Podczas naszego pobytu na Little Corn zdarzyl sie tragiczny wypadek. Mimo niepogody i zakazu wyplywania, dwie pangi zdecydowaly sie zlamac przepisy i pod naciskiem turystow ryzykujacych strate lotu, odwiezc ich na Big Corn. Jedna z lodzi sie przewrocila. Utopilo sie 14 osob.
Wypadek spowodowal calkowity chaos. Niedowierzanie i smutek laczyly sie z brakiem informacji i calkowitym paralizem zycia a niedoskonala organizacja i administracja padly i calkowicie przestaly istniec. Na kilka dni wyspy ogarnal chaos.
Kiedy po tygodniu przyszla kolej na nasza podroz na staly lad, do samego konca nie wiedzielismy, czy uda nam sie wyspe opuscic. Wreszcie z opoznieniem odplynelismy na El Isleño. Po dotarciu na Big Corn okazalo sie jednak, ze statek nigdzie dalej nie poplynie. Wladze Nicaragui, wobec wypadku pangi zaostrzyly przepisy morskie. Nagle okazalo sie, ze wszyscy (w tym rybacy) maja obowiazek posiadania ultranowoczesnego radia oraz drogich i nieosiagalnych na wyspie kamizelek ratunkowych. O dziurach w zardzewialych starych statkach ani o ich wieku nikt przy okazji nie wspominal. Pewnie dlatego ze akurat to nie bylo przyczyna wypadku.
Okazalo sie ze utknelismy na kilka dni na Big Corn. Byloby to wcale nienajgorsza rzecza na swiecie (no bo sa gorsze rzeczy niz utkniecie w raju), gdyby nie fakt, ze musielismy wiekszosc czasu spedzac w porcie, czekajac na wiesci oraz starajac sie nie przegapic najblizszej nadazajacej sie okazji na wyplyniecie (bo konczyly nam sie wizy!).
W koncu okazja przyszla sama. Spakowalismy sie w kilka minut i zagzralismy miejsce w kolejce do portu. Podczas gdy odcieci od swiata mieszkancy wyspy, oburzeni na nielogiczne postepowanie wladz (ktore kilka dni pozniej daly statkom polroczny okres karencji na dopelnienie wszystkich formalnosci) probowali podpalic lotnisko, my uciekalismy z raju. Nie za bardzo podobal nam sie sposob, w ktory wyspe opuscilismy. Zaladunek statku podlegal zasadzie, kto pierwszy ten lepszy, a my akurat mielismy szczescie dowiedziec sie na czas...(po to koczowalismy przeciez w porcie). Niemniej jednak dziwne bylo to nasze rozstanie z Corn Islands.
Podroz Isleño zreszta byla przezyciem samym w sobie, niewygodnym, nieco smutnym, nietypowym... a smrod martwych ryb ciagnal sie za nami jeszcze przez kilka dni!
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