martes, 22 de marzo de 2016

LA BARRA DE SANTIAGO

Walter y "El Chele" Franz siguieron llevándonos a descubrir algunos rincones memorables del "Paisito". En el coche de Walter, tuvimos la oportunidad de ver lugares y paisajes que por nuestra propia cuenta quizás no hubiéramos alcanzado.
Tras seguir la estela de la Cordillera Volcánica, nuestros amigos nos llevaron a uno de los lugares mas asombrosos de nuestro largo viaje, ¡La Barra de Santiago!.
Este lugar situado en el municipio de Jujutla, es una playa impresionante que se une a un humedal de manglares verde y brillante como el paraíso.
Si primero pudimos disfrutar de una buena comilona con cerveza fresca, en uno de los numerosos ranchos(chiringuitos) que anegan la orilla de la playa, mas alucinante fue en la aventura en que nos metieron Walter y Franz después, rumbo al humedal.
Walter introdujo su coche 4x4 en la playa y recorrió como buenamente se pudo toda la playa en paralelo al humedal. La imagen era brutal, a mano izquierda teníamos el Pacífico, nosotros circulábamos por la extensa playa de arena fina y blanca, a la derecha se extendía el humedal y los manglares, y al fondo de este, se situaba alegre y abrupta la Cordillera Volcánica salvadoreña.
Aquella estampa, compartida con esos amigos, nos fascino, lleno nuestros rostros de alegría y vida , y la quietud y la belleza del lugar nos perteneció por aquellos instantes.
La Barra de Santiago se convirtió en ese lugar donde la naturaleza y el asombro fueron nuestros cómplices. Y Walter, Marta, Franz y yo no parábamos de sonreír , reír a carcajada limpia o abrir alguna cerveza para brindar por nuestra amistad y aquel regalo momentáneo.
Bañarse en aquel lugar donde las aguas puras viajeras de tierra a dentro llegaban impacientes a juntarse en jolgorio con las incansables aguas saladas del Pacífico, fue un momento épico, nuestros rostros lo decían todo y un recuerdo divertido venía a mi cabeza, cuando recordaba la frase de un hondureño en Honduras, que me dijo:¡Para que vas al Salvador , si allí no hay nada!, y Franz y Walter se partían de risa, mientras me decían :¡ Si aquí no hay nada! ehehheheheheh.
Ellos siguen sin creerse, que nosotros pensemos que ese lugar y ese momento fue uno de los mas hermosos de dos años de viaje y miles de lugares visitados, pero es la pura realidad, vosotros amigos nos regalasteis la oportunidad de vivir aquello.
Tras la puesta de Sol, hermosa y tranquila también, pusimos rumbo a la capital, para de nuevo compartir algo novedoso. Nos invitaron a una cata de cafés, donde descubrimos algunos secretos mas sobre este grano tan internacional. Probamos cafés salvadoreños, en aquel momento los mejores del mundo, pues estábamos compartiéndolos con vosotros, amigos del alma.
¡GRACIAS WALTER Y FRANZ, POR VUESTRA GENEROSIDAD Y AMISTAD!¡OS QUIERO AMIGOS!































... and then Walter and Franz took us to paradise...
Barra de Santiago is one of the best beaches I have ever seen in my life (and I´ve been to quite a few in the world!). Absolutely stunning and not yet dicovered by the masses of international tourists (yay).
After a car trip with views at the volcanoes, we stayed in a ¨ranchito¨ at the beach- a beach bar with local food (where the boys went crazy for fish and seafood) where we tried some beers;)
After the lovely lunch we got into Walters four wheel drive and drove a few kilometers along the beach to the most beautiful site, between the ocean, a small river delta and a mangrove forests. In the middle of the river houndred of birds sang their evening songs. The sun reflected the last rays in the water, painting the few light clouds in ice-cream like colours. And back, on the horizon the range of volcanoes mejesticly looked at us while we were enjoing this perfect afternoon with some cold beers in our hands. Can you even imagine something better?

... a pozniej Franz i Walter zabrali nas do raju... doslownie!
Barra de Santiago to jedna z najpiekniejszych plaz, jekie widzialam w zyciu (a odwiedzilam juz kilka na calym swiecie). To miejsce to prawdziwy skarb jeszcze nie odkryty przez masy turystow (a wiec cicho sza... niech sie wiesc o nim  nie  niesie zbyt daleko!)
Po przejazdzce samocodem przez pola, lasy i wsrod wulkanow, dotarlismy na plaze. W lokalnym ¨ranchito¨, plazowym barze zjedlismy obiad- chlopaki raczyli sie swiezo zabitymoi rybami i owocami morza (jak romantycznie, nie?) a nastepnie w walterowym jeepie ruszylismy na przejazdzke po plazy aby w koncy dotrzec do zaczarowanego miejsca, gdzie wody oceanu spotykaja sie z wodami rzeki wyplywajacej z majaczacych na drugim brzegu lasow namorzynowych. Na malenkich wysepkach wystajacych nad powierzchnie wody dzieki odplywowi, wylegiwaly sie w sloncu setki ptakow. Na horyzoncie nad krajobrazem krolowal caly lancuch wulkaniczny. A wszystko to skapane w promieniach zachodzacego slonca, ktore malowalo nieliczne, delikatne chmury w cukierkowe kolory. I wszystko to tylko dla nas- bo bylismy w tym raju calkiem sami!

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